Un zoológico británico acoge las “ranas escroto” características de Bolivia y Perú

La conservación y seguridad animal se ha convertido en una prioridad mundial desde hace ya algún tiempo. Miles de razas se han extinguido a lo largo de la historia y, lo que es peor, el ser humano ha contribuido activamente a la desaparición de diferentes razas o variantes animales. Sin embargo, es cierto que nuestra especia ha tomado conciencia durante los últimos años, tanto en los problemas de carácter medioambiental como en los de naturaleza animal.

Algunas especies de uno de los felinos más clásicos, como es el tigre de Java o el tigre de Bali, actualmente ya son consideradas extintas. Otras especies de animales como la nutria gigante o el guacamayo azul, rozan la extinción, así como la “telmatobius culeus”, también conocida como rana gigante del Lago Titicaca o, más popular e informalmente, “rana escroto”. La razón por la que han acabado siendo bautizadas de esta forma, es por su piel flácida, mediante la cual respiran debido a que es muy porosa y les sirve como método para absorber el oxígeno.

Este animal cada vez es más difícil de encontrar en la frontera que separa Perú y Bolivia, alrededor del lago Titicaca que también da nombre (uno más respetuoso) a esta especie de ranas en peligro de extinción. Recientemente, se han expuesto de cara al público en un zoológico británico de conservación por primera vez en la historia. Esta exposición forma parte de un movimiento de la institución que se esfuerza por tratar de salvar esta especie de su desaparición.

El entorno y la desaparición de la especie

Por naturaleza, estas ranas son acuáticas y suelen pasar la mayor parte de su vida debajo del agua, sobre todo en este lago fronterizo. Los pliegues que se forman en su piel formando arrugas son los encargados de tomar el oxígeno y, haciendo gala de su originalidad a la hora de buscar apodos, el ser humano le buscó el sobrenombre de “rana escroto”. Como especie es única, nunca se ha encontrado una más allá de los alrededores que resguardan el lago Titicaca, donde se ha adaptado a morar a pesar de que las condiciones geográficas son bastante adversas.

Para comenzar, la altitud a la que está situado el lago, es extremadamente elevada, por lo menos cuatro veces más alta que la mayoría de cimas de picos europeos. Además, se trata de una especie de mucha importancia tanto ecológica como cultural, debido a que los habitantes de la zona consideran a este tipo de criaturas como una conexión que les enlaza con los dioses.

Sin embargo, como sucede en muchos de los lugares sagrados que durante siglos han sido una referencia cultural, la llegada del hombre moderno ha supuesto un agente destructor con consecuencias fatales. El primer factor adverso que contribuyó a la devastación de la fauna salvaje fue la llegada de la combinación, pero a ello se sumaron la pérdida del hábitat y la caza. Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), no ha dudado en levantar la bandera roja y situar esta especie en peligro de extinción. En cuanto a números, ha desaparecido entre el 50% y el 80% de la población en menos de dos décadas.

Un zoológico de Chester entra en escena

El “Chester Zoo”, ha sido la institución que ha reflexionado sobre la peligrosa situación de este anfibio, donde la sección de conservación de vertebrados inferiores e invertebrados ha abierto sus puertas a una nueva especie en peligro de extinción. Entre las razones más importantes, se ha decidido mantenerlas a buen recaudo debido a que el entorno que habitan es extremadamente frágil. Además, la contaminación y ciertas especies de peces introducidas en las aguas del Titicaca también han sido perjudiciales para la rana.

Dicho esto, no hay que olvidar que los lugareños bolivianos y peruanos también han participado en ciertas actividades ilegales de caza y recolecta de ranas. Esto se debe en especial a la creencia de que ingerirlas, habitualmente en ciertos batidos, puede aumentar la virilidad y la energía, otra de las posibles razones por las que pueden haber recibido su particular sobrenombre.

Actualmente, veinte ejemplares de esta particular vertiente de la rana se encuentran bajo estudio y análisis en las condiciones más favorables posibles en el zoológico de Chester. Los expertos pretenden aprender más sobre este anfibio y su conservación para así favorecer la reproducción de la especie.

El proyecto se debe a una triple alianza llevada a cabo entre el Chester Zoo, el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny de Bolivia y la Universidad Cayetano Heredia de Perú. Cabe destacar que, mediante esta alianza, se ha logrado por primera vez en la historia que los dos países locales lleven a cabo un proyecto conjunto para proteger a las ranas de su lago.

Su objetivo principal es aprender la máxima información posible sobre las ranas del Titicaca y su biología, asó como su ciclo vital, sus métodos de apareamiento, sus tolerancias y sus puntos débiles. Con esta información, se podrá actuar de cara a su conservación en la propia naturaleza. Además, se va a intentar involucrar a más de 10 instituciones importantes dentro del continente europeo enviando a 130 ranas de esta especie para su reproducción.

Esta colaboración respalda los distintos intentos por parte de Bolivia y Perú por la conservación de la rana de agua del Titicaca. Es un plan que se estaba llevando a cabo de forma independiente en cada país y que ahora, gracias a los esfuerzos de la unión de distintas instituciones, se va a conseguir hacer frente con resultados mucho más productivos y fructíferos. Sin lugar a dudas, este tipo de proyectos sirven de ejemplo para la conservación de animales en peligro de extinción.