La Tª media del cuerpo de los habitantes de un pueblo indígena de Bolivia ha descendido en los últimos años
January 15, 2022Para ser exactos, durante los últimos 16 años, la temperatura media del cuerpo de las personas que conforman el pueblo boliviano Tsimane, ha descendido hasta medio grado. Estos estudios hacen hincapié en las evidencias de que los 37ºC o los casi 98,6 º Farenheit, han dejado de ser la norma oficial en cuanto a la temperatura media del cuerpo humano.
Estos indígenas, pertenecientes a la Amazonia de Bolivia, han echado una mano a científicos y estudiosos que se habían puesto entre ceja y ceja desmentir el mito de que la Tª corporal “normal” ha de ser similar a los grados anteriormente mencionados. Este grupo de investigadores fue liderado por el antropólogo Michael Gruven y brindó el testimonio de sus descubrimientos a la revista Science Advances. En ella, se podía leer cómo había descendido medio grado, de forma estadística, la temperatura corporal global del pueblo Tsimane durante más de una década y media.
Otros estudios relacionados con el descenso de la Tª media del cuerpo
Sin embargo, eran ya varias las voces que aclamaban que la temperatura corporal es capaz de disminuirse con el paso del tiempo. Un estudio realizado por la Universidad de Stanford, también encontró ciertos círculos sociales en poblaciones de Estados Unidos donde se habían ido reduciendo las temperaturas corporales medias durante 157 años. Reduciéndose en 0,03ºC cada diez años.
Esta información, en realidad, va más allá de ser una mera curiosidad, ya que la Tª corporal hace función de sustituto para la tasa metabólica basal i el número de calorías necesarias para mantener el cuerpo en funcionamiento cuando se permanece en estado de reposo. Conforme más altas son las tasas de temperatura, menor esperanza de vida y menor masa corporal tienen las personas. Además de ello, la Tª corporal también refleja los ritmos circadianos, la función inmunitaria, la aparición de enfermedades o resistencia contra las mismas y se ve ciertamente afectada por factores como la edad, el sexo o la hora del día.
Además de ello, mediante el estudio de la temperatura corporal, también se pueden sacar otro tipo de conclusiones importantes. El descenso del calor corporal, puede indicar un cambio en la fisiología humana básica, como comenta Jill Waalen, una epidemióloga del Scripps Research Translational Institute, en la localidad californiana de La Jolla. Esta profesional no participó en ninguno de los dos estudios comentados anteriormente, pero sus pesquisas indican que este tipo de conclusiones podrían significar un replanteamiento de lo que constituye la fiebre, algo que viene muy a tiempo en tiempos de COVID-19. Al fin y al cabo, el control de la temperatura es uno de los principales métodos de detección del virus.
Otro factor importante es que, la mejora del nivel de vida y el hecho de poder acceder a servicios médicos y de cuidado de salud con una frecuencia adecuada, ha reducido de forma drástica las tasas globales de enfermedades infecciosas y, particularmente, enfermedades que provocan inflamaciones. Esto podría ser una de las razones por las que la Tª puede descender. En cualquier caso, establecer una consecuencia de forma científica es difícil y es posible que la relación no esté probada, según comenta Michael Gruven, investigador de la Universidad de California en el condado de Santa Bárbara. Además, en el caso del pueblo indígena de Tsimane, es posible que no se puedan aplicar algunos de estos razonamientos para explicar el descenso de su calor corporal.
Fue a lo largo del siglo XIX cuando el médico Carl Wunderlich decidió que, a partir de entonces, la Tª normal del cuerpo sería de 37ºC, basando su trabajo en un estudio en el que colaboraron 25.000 alemanes. Desde entonces, esta categorización se ha visto amenazada por diferentes investigaciones, que por lo general sugieren que la Tª actual es inferior. También hay que decir que la mayoría de estudios se realizan en zonas donde el nivel de vida es cómodo y en países relativamente ricos.
Las investigaciones de Gruven
Es por ello que el reciente estudio en la Amazonia boliviana ha atraído tantos focos. Este pueblo convive con la naturaleza en aldeas donde no circula la electricidad ni el agua corriente y para alimentarse apenas usan arroz, plátanos y mandiocas. Bien es cierto que el cambio de calor corporal que se ha visto reflejado durante la última década y media, quizá tenga algo que ver con el aumento de alimentos, tiendas e incluso acceso a antibióticos que ha habido en el pueblo indígena.
El equipo dirigido por Michael Gruven, se esforzó para encontrar la causa real del descenso de la Tª media de aquel pueblo. Realizaron análisis donde las variables rondaban en torno a la temperatura ambiente y la salud, teniendo en cuenta las tendencias de enfermedades respiratorias o infecciones parasitarias que hubiese habido con el paso del tiempo. Entre las conclusiones más importantes que esclareció el equipo de Gruven, las más destacables son las siguientes:
- Las enfermedades respiratorias entre los tsimane disminuyeron con el tiempo.
- Las infecciones parasitarias y las enfermedades de la sangre, sin embargo, siguieron siendo comunes.
- Los investigadores no establecieron una conexión entre el descenso de la Tª corporal media y alguna variable individual o combinación de variables.
- El equipo sigue sospechando que el descenso de la Tª media del cuerpo podría haber surgido como resultado de un mayor acceso a medicamentos.
Sin embargo, a pesar de que es cierto que hubo un aumento de analgésicos o antibióticos y una mejor nutrición entre los tsimane, sería necesaria una investigación más precisa para demostrar científicamente que estuviese relacionado.
A pesar de que todavía no se ha llegado a establecer una explicación clara, las pruebas que han aportado los investigadores de Gruven y otros estudios previos, parecen respaldar el hecho de que las condiciones de vida reflejan cambios en el nivel medio de la Tª del cuerpo. Sin lugar a dudas, estudios como el realizado en Bolivia pueden servir de ayuda a los expertos de salud pública para desarrollar una nueva categoría de temperaturas corporales normales.